"La tendencia al aumento de los costes del queroseno y la reciente inclusión de la aviación en el sistema europeo de comercio de emisiones de gases de CO2 está haciendo que las compañías aéreas se planteen seriamente la utilización de biocarburantes en sus aviones, para disminuir tanto sus costes como su impacto ambiental", indica el presidente de la sección de biocarburantes de APPA, Roderic Miralles.
La introducción de estos combustibles será progresiva y, en el caso de la Unión Europea, se realizará con vistas al cumplimiento del objetivo comunitario de reducir las emisiones de CO2 a partir de 2012.
APPA destaca el éxito de los vuelos de prueba con biocarburantes y da por seguro que la introducción de estos combustibles es la única alternativa ecológica a la aviación, que no puede recurrir a fuentes energéticas eléctricas ni a sistemas híbridos.
Las exigencias medioambientales se suman a la búsqueda de fórmulas para amortiguar el creciente coste del queroseno, señala la asociación, que recuerda que en apenas cinco años el coste de este combustible se ha multiplicado por cinco.
PROBLEMAS DEL BIOCARBURANTE
En cuanto a los retos tecnológicos de los biocarburantes, cita la necesidad de que este producto sea capaz de tener un elevado contenido energético por unidad de volumen y de resistir las bajas temperaturas que se registran en pleno vuelo.
En la actualidad, se trabaja intensamente en el desarrollo del bioetanol, sobre todo en aviación no comercial. El fabricante brasileño de aviones ligeros, Embraer, construye desde 2004 aviones para la agricultura que son capaces de funcionar con bioetanol.
No obstante, el biodiésel presenta mejores condiciones para la aviación comercial, ya que su contenido energético es más cercano al del queroseno y el desarrollo de nuevos aditivos anticongelantes está permitiendo que en un futuro muy próximo sea viable su utilización a las bajas temperaturas que se alcanzan en vuelo.
Fuente: Agencias.
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