El aeropuerto de Madrid vuelve a presentar al cierre de 2007 un resultado negativo en el volumen de carga aérea manejada. Otro año más en el que los kilos totales descienden. En esta ocasión es solo un1, 2% de disminución respecto a 2006, pero es que llueve sobre mojado.
A pesar de las esperanzas que algunos operadores habían cifrado en la puesta en marcha de la T-4 y la consiguiente mayor capacidad para aumentar el número de los vuelos, la realidad es que la carga aérea en Barajas no despega.
Según las estadísticas, el descenso este año es debido a la caída de tráficos domésticos en España y con la Unión Europea, un segmento dominado por el transporte por carretera. También han disminuido las exportaciones aéreas al Caribe y al continente africano.
Ha perjudicado la subida de costes de transporte de carga debido a los recargos por combustible, con un precio del petróleo en continuo crecimiento durante 2007 hasta quedar rondando los cien dólares por barril. También la apreciación del Euro frente al Dólar que encarece los productos españoles para los compradores en el área de influencia de la moneda estadounidense.
Pero esas explicaciones de coyuntura macroeconómica son las mismas para toda España y sin embargo, según la información estadística de AENA, los males del aeropuerto de Madrid - Barajas no los padece el de Barcelona que consigue premio a sus esfuerzos de promoción, saca buena nota en 2007 y logra un incremento del 3,9% en el tráfico de carga aérea.
Por tanto, no valen justificaciones. La situación de descenso que los últimos años ha mantenido Barajas no es un hecho que la comunidad de carga aérea de Madrid pueda aceptar sin tomar medidas, con fatalismo o, todavía peor, con indiferencia. Debe reaccionar porque el desarrollo y buen funcionamiento del transporte de mercancías en el principal aeropuerto de España, no solo es importante para los que se dedican a ello si no que también es esencial para el crecimiento del comercio internacional en todo el territorio de su área de influencia.
Si las instancias oficiales están entretenidas en otros “altos asuntos” y no alcanzan a valorar éste con la misma importancia y urgencia, es necesario que los operadores económicos directamente concernidos así como el mundo asociativo y académico interesado en el comercio exterior y la logística internacional, ejerciendo como sociedad civil, se pongan en marcha ya y pongan el debate en la agenda.
Fuente : Planeta Logistico
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